Apostar por jovenes del sector Rural

                                                                                




    En el Día Nacional e Internacional de los Pueblos Indígenas, Área Académica de Juventud y Desarrollo Rural de FLACSO externa preocupación por el futuro y la falta de oportunidades para niños y jóvenes del área rural.

Ciudad de Guatemala, 8 agosto (Redacción – FLACSO-Guatemala) – Ciudad de Guatemala, 8 agosto (Redacción – FLACSO-Guatemala) – En diez años, los niños que actualmente tienen 5 de edad, cumplirán 15 y se integrarán al “bono demográfico”, que es la tasa de población en edad productiva. Esto preocupa porque aunque la educación primaria alcanza el 95 por ciento de la población en edad escolar entre 7 y 12 años, sólo el 41.1% finaliza el sexto grado primaria (*1), un indicador que se hace más dramático en el área rural, donde los niños y jóvenes se insertan al mundo del trabajo a muy temprana edad.
Licerio Camey, coordinador del Área de Juventud y Desarrollo Rural de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Sede Académica Guatemala, dijo que esta perspectiva sugiere que el aporte de este grupo de población al desarrollo del país será limitado y en consecuencia los problemas sociales y económicos de su entorno tenderán a agravarse.
Comentó que de acuerdo con un estudio del Área a su cargo, próximo a ser publicado, señala que de los cuatro niños que concluyen la primaria, sólo 3.6 logran tener acceso al nivel secundario (*2), pero que en el área rural la tasa se reduce a únicamente el 1.5 de cada diez niños en edad escolar.
El análisis del académico de FLACSO surge en el marco de la conmemoración este 9 de agosto del Día Nacional e Internacional de los Pueblos Indígenas.
Ante dicho panorama, Camey consideró que el actual gobierno “debería apostar por la niñez y la juventud” rural, por considerar que de la inversión que en ella se haga dependerá no sólo su incorporación efectiva a la productividad nacional, sino, especialmente, en su propio desarrollo como guatemaltecos, con derechos reconocidos por la Constitución.
“En diez años, los niños que ahora tienen cinco demandarán condiciones básicas para su desarrollo, tales como educación, salud, vivienda y empleo. Sin embargo, vemos que en Guatemala los adolescentes indígenas, especialmente en el área rural, no tienen acceso a la educación secundaria, y mucho menos a la educación superior, y  se incorporan a la productividad, pero sin oportunidades y sólo encontrando opciones en la informalidad, donde tampoco gozan de la protección del Seguro Social”, comentó.
“Allí radica en gran parte el origen de la problemática social de este país”, en términos de pobreza, migración, informalidad y desigualdad, dijo Camey.
Tales condiciones generan consecuencias que profundizan la problemática: “a los nuevos jóvenes les interesa más comer y ayudar a sus padres que cualquier otra cosa; entonces, el nivel de participación en asuntos políticos se reduce, y tampoco pueden aportar, por esa vía, los cambios que el país necesita”.

Derechos humanos
En términos de derechos humanos, Camey opina que sí existen avances en lo que respecta a los pueblos indígenas, pero advierte que, tras concluir el conflicto armado en 1996, ahora surgen nuevas amenazas y problemas a las comunidades producto del despojo de la tierra y la influencia de actores públicos y privados empeñados en la explotación de los recursos naturales con intereses particulares.
Según el académico, los avances son producto de los esfuerzos de las organizaciones de la sociedad civil y los aportes individuales de personalidades como Rigoberta Menchú, RosalinaTuyuc, Otilia Lux, Hellen Mack y Norma Cruz.
La conmemoración del Día Nacional e Internacional de los Pueblos Indígenas, sorprende a los pueblos mayas de Guatemala frente a nuevos desafíos, dijo Camey. “Si antes era el conflicto armado, ahora es la lucha por la tierra, para evitar su expropiación, vía desalojo, como consecuencia de la fragilidad jurídica de posesión de la tierra”, expuso.
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(*1) Aunque la educación primaria alcanza el 95% de la población en edad escolar entre 7 y 12 años, sólo el 41.1% finaliza el sexto grado de primaria (POLJUVE, 2010:21 y 22)
(*2) La cobertura en el nivel  básico alcanza el 36.4% de la población escolar; el resto se estima que se inserta al mundo del trabajo a muy temprana edad y, eventualmente, continua sus estudios extraescolares en las jornadas nocturnas y fines de semana (aunque constituye la minoría). De quienes ingresan al nivel básico, 45.4% lo hacen a centros educativos privados, el restante de la población inscrita asiste a los escasos institutos públicos que persisten (25.4%) y a los institutos por cooperativa (25.4%).
La situación se agudiza en el nivel diversificado; de cada diez personas, entre 16 y 18 años, únicamente dos ingresan al sistema educativo formal. En 2008, sólo 288 mil 941 jóvenes se encontraban matriculados; el 78% en centros privados de enseñanza. (POLJUVE, 2010:21 y 22

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